HOMENAJE AL PADRE HERNÁN, Eva Lucero de Ortega, EL ETERNO SONRIENTE

Recordar al Padre Hernán Pérez Etchepare será para mí como evocar a la alegría evangelizadora de la cultura, a la ternura gozosa de los hermanados en Cristo.

A dos años de su partida a la Casa del Padre, permanecen vigentes los momentos vividos en el Cafe del Abrazo Literario de la Editorial San Pablo.

Me gustaron todos esos encuentros pero los que más me gustaban eran los de noviembre, cuando en el aire se respiraba a festejo de cumpleaños, de su cumpleaños, prestándose a las bromas y sorpresas que le preparaban sus colaboradores, sobre todo las travesuras compartidas de Elsa Lorences con las Melli.

El Padre Hernán se prestaba a las caracterizaciones que le pedían y las disfrutaba mucho. las fotos que quedaron de recuerdo, hablan de cada una de esas jornadas inolvidables.

Yo creo que fue uno de esos sábados de noviembre que yo recuperé mi sonrisa. Era imposible estar cerca suyo y no reír  con esa bendita energía yo volvía a mi pueblo para volver a iniciar las actividades para el nuevo año.

Es imposible ahora dejar de recordarlo al modo  del Padre Benito Spoletini, como "el eterno sonriente", abriendo con su risa el corazón para albergar al otro como a un hermano.

Hasta cada noviembre, Padre Hernán.

Eva Lucero de Ortega

Chascomús

Buenos Aires

 

En la foto se ve Eva tu sonrisa. Es cierto que nadie podía estar al lado de Hernán sin sonreír. También es cierto que, desde que entraste en el Café, cada Noviembre era una fiesta para los poetas que esperaban tus libros. Gracias por tu colaboración.