miércoles, 29 de octubre de 2014

COMPARTIENDO, Miguel Ángel Migliarini. LA VIRGEN MARÍA

LA VIRGEN MARÍA CONCEBIDA SIN PECADO ORIGINAL 
DESDE EL GÉNESIS.

    En el origen o comienzo, tras la desobediencia de Adán y Eva, dijo el Señor a la serpiente tentadora:

"Por esto que has hecho maldita serás entre todos los demás animales. De hoy en adelante te arrastrarás. Haré que tu y la mujer sean enemigas, los mismo que tu descendencia y su descendencia; y una mujer aplastará tu cabeza... (Gn 3, 14-15).

    Desde ese preciso instante Dios previó que llegado el tiempo, la Virgen María sería Esposa del Espíritu Santo y que el Verbo se haría Hombre en su vientre. María es la Mujer que aplastó la cabeza de la serpiente.
    De tal manera se cumplió lo que el Señor había concebido y dicho por medio del profeta.

"La Virgen quedará encinta y tendrá un Hijo, al que pondrán por nombre Emanuel" (Dios entre nosotros) (Is 7, 14).

    Durante la vida, pasión, muerte y resurrección de Jesús, su Madre la Virgen María vivió como nadie la Redención que trajo su Hijo al mundo; y fundando la Iglesia Católica Apostólica, dando su potestad a Pedro como Primer Pontífice.

"Cuando Jesús vio a su Madre, y junto a ella al discípulo a quién el quería mucho, Jesús dijo a su Madre: -Mujer, ahí tienes a tu hijo. Luego dijo al discípulo: -Ahí tienes a tu Madre".(Jn 18, 26-27). 

    En conclusión, desde el Génesis, la Santísima Virgen María ha estado en los planes de Dios; y Jesús desde la Cruz, entregando su cuerpo y alma al Padre, hizo a María Madre de todos los creyentes. Ella, María, Madre de la Iglesia, es la Madre de miles de millones de Católicos Apostólicos Romanos del Mundo. Nuestra veneración debe ser constante, desagraviando a María de los ofensas que sufre su purísimo corazón, especialmente por las blasfemias que se dirigen a Ella, como es el caso de muchos que se dicen "cristianos" pero desacralizan a Cristo por cuanto no creen en la Virginidad y elevación de María al Cielo. 
    Debemos ofrecer alabanzas con el fin de consolarla por tantos hijos ingratos que no la aman, y consolar el Corazón de su Divino Hijo Jesús a quién tanto ofenden las injurias dirigidas a su Madre.
    Dígnate que te alabemos Virgen Sagrada y, danos virtud contra tus enemigos. Benditas sean las gracias con que el Señor te coronó como Reina de cielos y tierra. Amén.-

 Miguel Ángel Migliarini. San Nicolás de los Arroyos, octubre del 2014.-

Gracias Miguel. ¡Hay tan poca gente que escribe ensalzando a nuestra Madre! Dios te bendiga y te cure.

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