jueves, 5 de febrero de 2015

POESÍA EN PROSA: Miguel Ángel Migliarini: MEDITACIÓN PROFUNDA.

MEDITACIÓN PROFUNDA
(Poesía en Prosa)

    La aproximación íntima a la Cruz de Jesucristo, edifica en mi alma fe, esperanza, caridad, amor; y un oasis de oraciones despliegan iluminadas bienaventuranzas en mis sentidos.

    Portentosa corriente me hace profundizar y recordar el camino que me llevó a abrazar la Religión Católica Apostólica Romana. La Adoración de la Cruz es la expresiva expansión del ser que sin ninguna clase de sometimiento,  me fue ligando a Él como Padre, Verbo y Espíritu Santo con total albedrío.

    Desde el barro y el laberinto en que me hallaba lleno de dudas, luchaba, batallaba y peleaba contra el mal. Fue el Amor lo que me sustrajo a través de esa Cruz pretérita de divina matriz, e ideal infinito de redención incólume.

    La mano intercesora de María la Samaritana Inmaculada, me mostró a "Jesús fruto bendito de su vientre". Ella, desde todos los rincones y lugares del Mundo, nos muestra la luminosidad de la vida cristiana, con el susurro venturoso de un Ave María, en unicidad con el Padre como Hija, con el Hijo como Madre, y con el Espíritu Santo como Esposa.

    ¡Soy barro resurrecto! ¿Y voy a renunciar a tanto y maravilloso amor con el que Dios se compadece de mí? No renunciaré a la mesiánica arcilla con la que he sido moldeado desde el principio, y seguiré confiando Dios mío en tu Palabra.

    De Ti emergen las causas vitales que redimen nuestras almas segundo a segundo, al compás de cada latido de los corazones. Por ello, delgado como un pez de azules transparencias en lo abisal del océano, mis huesos, mi piel, mis venas aún resisten. Me aposentan la adoración y la hiperadulía que encadeno palabra tras palabra junto a nuestra Madre del Cielo, porque la luz de Jesucristo seguirá iluminando eternamente.

    ¡Señor! Sigue perdonándonos y continúa teniendo compasión de nosotros. ¡Amén!

                                     Miguel Ángel Migliarini
               San Nicolás de los Arroyos,  5   de febrero del 2015.-

Gracias Miguel Ángel. Seguro que el Señor de la Misericordia te perdona y te asiste. AMÉN. 


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