lunes, 23 de marzo de 2015

ABUELA EMA CAMINANDO A LUJÁN DESDE TUCUMÁN ( 91 AÑOS): Elsa Lorences de Llaneza,

¡¡¡VOLVIMOS!!!

Hola amigos. Ya de regreso. ¿Les dije que iba a traer buenas noticias? Bueno, la principal y nunca soñé que iba a ser tan buena, fue el encuentro con la Abuela Ema. La  abuela de 91 años, que salió caminando de Tucumán a Luján para ir a pedirle a la Virgen por la Paz Mundial y por los jóvenes. El 14 de Marzo yo llegaba a San Antonio de Areco y mi hija me avisaba desde la Capital que también llegaba a Areco la Abuela Ema. Yo pensaba que iba a encontrar el pueblo revolucionado pero nada, todo tranquilo. A la tardecita, íbamos caminando con mi esposo hacia la plaza principal a buscar un lugar donde cenar, cuando de pronto, en una calle oscura y sin movimiento, se nos cruza de repente, un señor de unos 60 años, muy bien puesto que nos dice: "No se asusten". Luego, viendo la cámara que mi marido llevaba colgada en el hombro le dijo: "Se ve que a Ud. le gusta la fotografía", sin esperar contestación continuó: "Si quiere sacar la mejor fotografía de su vida, vaya a la Iglesia que allí está la Abuela Ema, de 91 años, que viene caminando desde Tucumán hasta Luján". Yo solté un grito de emoción. Todavía faltaban dos cuadras y cruzar la plaza para llegar a la Iglesia y yo estoy limitada en mi andar. Se lo dije, pero muy seguro me contestó: "Despacio señora, que va a llegar a verla, la misa recién comienza" y con estas palabras se dió vuleta y empezó a caminar para la Iglesia. No quiero extenderme mas, solo quiero decirles que vi a la Abuela Ema, que la oí hablar a toda la gente reunida en la Iglesia, lamentablemente sin entenderla porque habla en un italiano muy cerrado. Que mi hizo acordar a la Madre Teresa de Calcuta. Que es muy chiquita, muy diminuta pero con una energía que se sentía y que tiene una sonrisa encantadora. Que mi esposo me pudo sacar una foto a su lado Gracias a Dios.
A esta altura, al yo haberme quedado unos días en San Antonio, ella ya llegó a Luján y el 22 de Abril se estaría encontrando con Francisco al cual nombró varias veces en la charla que no entendimos. 
Ruego a María Santísima, nuestra Señora de Luján, haya escuchado sus ruegos y proteja a la abuela por siempre. 
Que a todo el que lea este relato, le llegue la profunda emoción que yo sentí al tenerla a mi lado y que el Señor los bendiga con abundantes gracias. AMÉN.    Elsa Lorences de Llaneza

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