domingo, 25 de octubre de 2015

POEMA: Eduardo Martínez Zendejas. (México) EL ASILO

Sentado a la sombra de los framboyanes

con la brisa suave de un día de abril,

descansa sereno un hombre ya viejo

que porta en su frente con orgullo añejo,

las mil cicatrices de un tiempo febril.



Su frente surcada por tantas arrugas

señala al momento que el tiempo pasó,

pasaron los días llenos de contento,

pasaron las horas de feliz recuerdo

cuando allá en familia, su vida gastó.



Siempre fue admirado por propios y ajenos

su suave presencia y su rectitud,

su historia, de buena, pareciera vieja,

y el tiempo vivido con gran pulcritud,

hizo del anciano… hoy solo un recuerdo.



Sepultado en vida, muriendo a momentos,

deambulando lento ya sin ilusión

en los quietos patios de su cementerio,

asilo de vidas de todos los tiempos

donde pasa el día, con resignación.



¡Que el final ya toque! Que venga la parca

poniendo al momento feliz colofón,

al triste recuerdo de ser un objeto

que cuando envejece no da más función,

solo, se consuela mirando hacia el cielo,

cantando una estrofa de vieja canción.



Hoy piensa que el tiempo de vivir añejo

al gastar la vida, también se acabó,

y sentado a la sombra de los framboyanes

cascadas de flores lo arropan, sin son.



Cuan cae la tarde y la noche llega,

perdido en la bruma en la meditación,

llegan a su mente tres caritas tiernas

que a su Dios menciona, en sublime oración.



Eduardo Martínez Zendejas (Mexico)

Bello y real poema Eduardo. Mil gracias. 

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