martes, 26 de diciembre de 2017

COMPARTIENDO: BOSQUÍN ORTEGA. PARADOJA DEL REINO

                     PARADOJA DEL REINO

Una natividad desde nuestra humanidad;
nacer del “humus” de nuestra presencia terrestre
a nuestra sustancia celeste: “creaturas” únicas y excepcionales,
a imagen y semejanza del Alfarero Supremo.
Un barro con alma y tierra “almada” por Dios,
redimida por la humildad de un Salvador
que aceptó abajarse, anonadarse y humanarse
para con-vertirse, llenar al Otro
en un prójimo y un semejante, planetario y sucesivo.
Todo hermano, menos en el pecado.
Nacer desde la paradoja del Reino.
A partir de un Niño frágil y lábil, 
un Rey signado por realeza y vestido de pobreza,
el Sol Invicto en un establo precario,
el Alfa y la Omega entre un burro y un buey,
el Emmanuel prometido entre los astros y las raíces,
el Cordero a inmolarse, destinado a los pastores,
el linaje de David protegido por una doncella y un artesano,
el Jeshúa de Belén, casa del pan de la Cruz,
el pequeño inmenso elegido por el Paráclito,
el infante eterno que alumbra el Kairós para la historia,
el Verbo del vientre virgen y la Palabra del profeta mártir,
el Mesías prometido y el Cristo manifestado,
el Hijo de Dios que acepta ser hijo de hombre,
el Todo del cosmos, exiliado de su patria,
el Hosanna del Universo en labios del Ángel,
el Misterio Divino envuelto en pañales.
Nacer del pesebre del corazón:
vigilia y destino, sentido y designio.
Escuchemos. Quien quiera oír que oiga.

                   Bosco Ortega

Hermoso Bosco. Dios te bendiga y que el niñito Dios te conserve todos tus Dones y los aumente. Amén. Elsa.
      
   


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